Cuando contratas un seguro siempre piensas que el procedimiento de reclamación si tienes un siniestro, debería ser fácil y cubrir todos los daños ocasionados. Sin embargo, no siempre es así y, a veces, los seguros ofrecen valoraciones tan bajas que no cubren los daños. Este era el caso de nuestro cliente, Manuel.
Manuel tenía un local de su propiedad y lo tenía alquilado a una tienda. Todo iba bien hasta que en el local se produjo una fuga de agua que ocasionó daños al inmueble y a la mercancía de la tienda. Además, la tienda tuvo que cerrar varios días, siendo la pérdida económica aún mayor para su inquilino.
Cuando Manuel dio parte al seguro, este mandó un perito que valoró las pérdidas en unas cantidades tan bajas que ni si quiera cubrían los daños ocasionados y mucho menos los días de cierre. Manuel, no contento con dicha valoración, decidió llamar a otro perito para que hiciese una valoración diferente. Y así fue, el nuevo perito valoró una cantidad muy superior a la que había valorado el perito del seguro.
Llegados a este punto informamos a nuestro cliente de que había dos opciones: una, reclamar judicialmente, la otra, solicitar la designación de un tercer perito independiente cuyo informe sería vinculante para las dos partes. Manuel optó por esta última opción, resultando que la valoración del perito independiente era distinta a los dos anteriores, pero seguía estando por muy encima de lo que el seguro había ofrecido en un primer momento.
En este caso, por la importante diferencia entre la valoración del seguro y la valoración del perito independiente, el seguro se debía de hacer cargo del coste de todos los peritajes, incluido del que había encargado Manuel.
Sin embargo el seguro solo quería hacerse cargo del tercer perito, por lo que se iniciamos reclamación judicial frente al seguro, reclamando el importe de la factura del perito designado por Manuel.
El juzgado estimó nuestra demanda al apreciar la gran diferencia entre lo que había ofrecido la aseguradora y lo valorado por el tercer perito. Gracias a esto el seguro no solo se tuvo que hacer cargo de todos los gatos del peritaje, sino también de los gastos del abogado y procurador.
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